Hoy os puedo hablar de El silencio de la ciudad blanca de Eva García Sáenz gracias a un reportaje de varios minutos que emitieron hace más de un mes en un canal de televisión. La propia autora nos hablaba sobre la segunda parte de la trilogía, Los ritos del agua, que salía por entonces en pocos días. A mí, en ese momento, logró hechizarme con sus palabras dichas, y, poco después, consiguió lo esperado: enamorarme con sus palabras escritas. Y aquí me tenéis tras haber leído esta primera novela, que no es otra cosa que un viaje repleto de las sensaciones más maravillosas.
No exagero. Hacía mucho tiempo que un libro no lograba atraparme desde el mismísimo prólogo. Me ha pasado aquí, y el ritmo solo ha ido a mejor a medida que he ido avanzando con la lectura. Sin duda, no será la historia más original del mundo y es posible que toque más de un tópico del género, pero a mí me ha fascinado de principio a fin, terriblemente. Y lo que Eva García nos cuenta entre las páginas del libro es algo así: el asesinato de una pareja hace recordar a ciertos crímenes ocurridos veinte años atrás. El culpable de estos asesinatos, Tasio Ortiz de Zárate, está apunto de recibir su primer permiso de una semana para salir de prisión, y todas las sospechas apuntan a él. Unai López de Ayala, obsesionado por los crímenes de Tasio desde hace años, será el encargado de investigar este hecho y no parará hasta desvelar la verdad. ¿Quién es el asesino? ¿Estará Tasio desde prisión dando ordenes para llevar a cabo estos asesinatos? Y ya puestos, ¿es él de verdad el asesino? Tantas incógnitas y giros inesperados mantendrá al lector en tensión y terminará por deslumbrarlo. Ha sido mi caso, así que comprended el entusiasmo en mis palabras. Además, no todo ha sido la intriga lo más destacable, también lo ha sido el buen planteamiento y desarrollo de los personajes, tanto principales como secundarios. La autora te hace dudar, y consigue, de forma excepcional, que no te fíes de nadie. A todo esto hay que añadir la ambientación tan cuidada y espectacular en la que logra sumergir al lector. Vamos, que prácticamente la autora nos da un paseo guiado por Vitoria para acabar embelesados y querer visitar la ciudad.
En conclusión, El silencio de la ciudad blanca ha sido una lectura terriblemente absorbente, inteligente, soberbia y coherente. Me ha encantado, de principio a fin. La pluma de la autora me ha conquistado fácilmente por su naturalidad y sencillez, y le ha otorgado un ritmo tan ágil y apasionante a la historia que me ha puesto muy difícil el soltar el libro y dejar de leer. En resumidas cuentas, de lo mejor que he leído en lo que va de año. Así que, por mi parte, lo recomiendo a todo aquel que disfrute de una buena, buenísima novela de intrigas.
★★★★★