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1. Sigue en la línea de su antecesor, igual de adictivo y apasionante.
+ Es un estallido de emociones, y, al igual que el inicio de la historia en Princesa de papel, sigue siendo un buen culebrón, que te impide dejar de leer y te incita a llegar al final de un abrir y cerrar de ojos.
2. El factor sorpresa lo seguimos teniendo asegurado.
+ El ingenio de las autoras se hace palpable; nos van sorprendido cada vez más y más a medida que avanza la lectura. Aviso: posibles ataques al corazón por los distintos giros hasta acabar el libro, totalmente asegurados.
3. Las autoras añaden el punto de vista de Reed, aparte del de Ella.
+ De esta manera conoceremos mejor al personaje, su carácter, pensamientos más íntimos, lo que Ella significa para él… Y será muy complicado no enamorarse de él. Reed es, como decía en mi reseña del año pasado, un dulce con una capa de picante que lo envuelve.
4. La relación de Ella y Reed evoluciona y se hace más sólida.
+ Su relación empieza a tomar forma, a fortalecerse ante los tantísimos obstáculos que se les presenta o se les ha llegado a presentar. Confiar el uno en el otro será imprescindible. El lector disfrutará más que nunca con ambos.
5. El príncipe roto es la continuación de la historia que se quedará para siempre contigo.
+ Se trata de otra lectura deliciosa y trepidante, todo un cóctel de los mejores ingredientes: romance, acción, pasión, malentendidos, drama y personajes memorables y únicos.