Finalmente, meses después de su publicación, me he animado con el último título de la autora Elena Garquin, Casualmente Valentina. Si no lo he leído con anterioridad no ha sido precisamente porque no me resultara interesante (de hecho, me lo parecía muchísimo), sino, más bien, debido a un cúmulo de no saber organizar mi tiempo libre, de varias crisis lectoras y que, para qué mentir, se me han ido metiendo otros libros por mis bonitos ojillos a los que les he dado más prioridad, sobre todo de contemporánea, pero ya he vuelto de nuevo a mi histórica querida. Así que por estas razones de peso he ido postergándolo, pero he aprovechado Semana Santa y me lo he leído de un tirón, en una sentada, prácticamente. Y es que Casualmente Valentina invita a eso; a sentarte con el libro entre tus manos, cómoda y tranquila, como yo he hecho, con una manta y un café/chocolate caliente preparado, y transportarte a finales del siglo XIX español, donde la autora nos enmarca una historia de amor muy tórrida, preciosa y apasionante. Con Elena Garquin tengo por muy seguro que lo que me voy a encontrar entre las páginas de cualquiera de sus libros será una historia bien trabajada y cuidada, de verdadera calidad romántica made in Spain. Casualmente Valentina es un claro ejemplo.
La historia de amor entre Rafael y Valentina empieza rodeada por una tensión sexual importante entre ellos. Valentina, una chica de familia humilde que empieza a trabajar en la posada del pueblo, tiene que cuidar a Rafael de un accidente que éste ha sufrido. Mientras e irremediablemente, Rafael se fijará en ella y la querrá ofreciéndole sus otros supuestos servicios, dado que es bien sabido que toda mujer que trabaje en dicha posada son requeridas también para pasar un rato agradable en la cama con todo cliente que se aprecie. Sin embargo, Valentina no es como cualquier otra mujer. Ella, con su carácter fuerte y su lengua viperina, le pondrá las cosas claras a Rafael desde el primer momento. Será tajante y decidida. Además, las cosas no son lo que aparentan. ¿Qué secretos esconderán cada uno? ¿Caerá pronto Valentina a los pies de Rafael, o lo hará sufrir? Rafael y Valentina son pura química, dos personas afines sin ninguna duda, hechas la una para la otra. Cabezotas, decididos, valientes, recelosos por mostrar sus verdaderos sentimientos... Destaco sobre todo la forma de ser de Rafael. Es un malote con todas las de la ley (nunca mejor dicho), tan sexy, atractivo, seguro de sí mismo y egocéntrico que te hará adorarlo y odiarlo según el momento idóneo. Yo, como soy muy de malotes-malotes, hagan lo que hagan y digan lo que digan, he terminado adorándolo, porque cuando se redimen es que me resultan taaaaan adorables que olvido todo lo malo (a veces) que hayan hecho. ¡Protas malotes, a mí!
La relación de Rafael y Valentina es muy intensa, profunda, una gran montaña rusa de auténticos altibajos. Me ha encantado la pareja que forman, sencillamente. Se van enamorando poco a poco, y eso, cuando el amor se cuece a fuego lento, me apasiona. Y si a una trama romántica maravillosa, le sumamos un toque de intriga y aventuras es probable que la lectura se me haga muy especial y adictiva. Así ha sido. En varias ocasiones se me ha pasado por la cabeza el fugaz pensamiento de por qué no me decidí a leerla antes (nosabe, nocontesta). Elena Garquin, con su forma de escribir tan exquisita, que tanto me gusta, me ha vuelto a conquistar. En Casualmente Valentina, además, te sitúa en el contexto histórico y en los conflictos políticos de la época de manera impecable. La autora se supera con cada novela que publica, y a mí personalmente me lo ha demostrado, me lo ha transmitido con sus palabras tan bien escogidas. En resumen, ha superado con creces mi expectativas, las cuales han ido formándose desde que este libro vio la luz gracias a Ediciones Pàmies y su sello Phoebe.
Y para terminar tiene que quedar claro que Casualmente Valentina me ha parecido una novela muy bien escrita, deliciosa, con una ambientación formidable, que atrapa al lector desde el mismísimo principio. Una historia muy sensual y romántica, original, con giros inesperados y secretos impactantes. Muy recomendable y de tener en cuenta.
La historia de amor entre Rafael y Valentina empieza rodeada por una tensión sexual importante entre ellos. Valentina, una chica de familia humilde que empieza a trabajar en la posada del pueblo, tiene que cuidar a Rafael de un accidente que éste ha sufrido. Mientras e irremediablemente, Rafael se fijará en ella y la querrá ofreciéndole sus otros supuestos servicios, dado que es bien sabido que toda mujer que trabaje en dicha posada son requeridas también para pasar un rato agradable en la cama con todo cliente que se aprecie. Sin embargo, Valentina no es como cualquier otra mujer. Ella, con su carácter fuerte y su lengua viperina, le pondrá las cosas claras a Rafael desde el primer momento. Será tajante y decidida. Además, las cosas no son lo que aparentan. ¿Qué secretos esconderán cada uno? ¿Caerá pronto Valentina a los pies de Rafael, o lo hará sufrir? Rafael y Valentina son pura química, dos personas afines sin ninguna duda, hechas la una para la otra. Cabezotas, decididos, valientes, recelosos por mostrar sus verdaderos sentimientos... Destaco sobre todo la forma de ser de Rafael. Es un malote con todas las de la ley (nunca mejor dicho), tan sexy, atractivo, seguro de sí mismo y egocéntrico que te hará adorarlo y odiarlo según el momento idóneo. Yo, como soy muy de malotes-malotes, hagan lo que hagan y digan lo que digan, he terminado adorándolo, porque cuando se redimen es que me resultan taaaaan adorables que olvido todo lo malo (a veces) que hayan hecho. ¡Protas malotes, a mí!
La relación de Rafael y Valentina es muy intensa, profunda, una gran montaña rusa de auténticos altibajos. Me ha encantado la pareja que forman, sencillamente. Se van enamorando poco a poco, y eso, cuando el amor se cuece a fuego lento, me apasiona. Y si a una trama romántica maravillosa, le sumamos un toque de intriga y aventuras es probable que la lectura se me haga muy especial y adictiva. Así ha sido. En varias ocasiones se me ha pasado por la cabeza el fugaz pensamiento de por qué no me decidí a leerla antes (nosabe, nocontesta). Elena Garquin, con su forma de escribir tan exquisita, que tanto me gusta, me ha vuelto a conquistar. En Casualmente Valentina, además, te sitúa en el contexto histórico y en los conflictos políticos de la época de manera impecable. La autora se supera con cada novela que publica, y a mí personalmente me lo ha demostrado, me lo ha transmitido con sus palabras tan bien escogidas. En resumen, ha superado con creces mi expectativas, las cuales han ido formándose desde que este libro vio la luz gracias a Ediciones Pàmies y su sello Phoebe.
Y para terminar tiene que quedar claro que Casualmente Valentina me ha parecido una novela muy bien escrita, deliciosa, con una ambientación formidable, que atrapa al lector desde el mismísimo principio. Una historia muy sensual y romántica, original, con giros inesperados y secretos impactantes. Muy recomendable y de tener en cuenta.